Enfoque
Las movilizaciones sociales de los últimos años han implicado diversas acciones de revisión de la memoria histórica y cultural heredada, cuestionando sus efectos en el presente. Esta disputa se ha extendido al espacio urbano, enfocada a visibilizar el poder de la representación sociohistórica y los aspectos simbólicos de individuos y contextos a través de los monumentos públicos. Negar estos monumentos, desde diversos paradigmas y prácticas, ha propiciado múltiples posibilidades de análisis y reflexión mnemotécnica integrados a procesos de resistencia que dan visibilidad a las problemáticas del pensamiento colonial, centrándose en proponer otras formas de construir la representación de pasados. La presente ponencia tiene como objetivo la revisión de operaciones surgidas de protestas para la mejora de las condiciones sociales de grupos precarizados o invisibilizados a través de antimonumentos. Acciones artísticas que forman parte de un proyecto crítico con el sistema social vigente al considerarlo legado de una visión histórica interesada que articula un complejo esquema de desigualdades en la ciudadanía, y proponiendo alternativas antinarrativas y antimonumentales para construir tensiones contrahegemónicas que relaten historias y memorias orilladas o silenciadas institucionalmente. Estos antimonumentos servirán como creación de las comunidades para gestionar su lugar público y denunciar el abuso del discurso dominante, por lo que ayudarán a comprender las dimensiones políticas y documentales de los monumentos, así como se interpondrán como interacción necesaria de ciertos grupos sociales y el espacio público, tanto para construir otros presentes como para cuestionar la historia oficial.
Hortensia Mínguez García
Comentó el 13/05/2023 a las 11:27:53
Estimado Carles. Te felicito por tu ponencia. Una duda, ¿desde cuándo has empezado a estudiar los antimonumentos? Gracias de antemano por tu tiempo
Carles Méndez Llopis
Comentó el 13/05/2023 a las 11:36:25
Estimada Hortensia, muchas gracias por tu felicitación. Desde hace ya algunos años me he sentido atraído por los estudios acerca el arte urbano, público, street art, etc., pero, de forma más reciente, desde el 2015 he seguido prácticas iconoclastas y tácticas de intervención sobre los monumentos. Como parte de este acercamiento, se desarrolló esta línea de investigación acerca de los antimonumentos que deseo continuar como parte de las prácticas ciudadanas y los objetos afectivos en la ciudad. Gracias.
Ana Rico Castilla
Comentó el 12/05/2023 a las 14:16:07
Gracias por tu intervención, muy interesante. ¿Crees que los nuevos monumentos deben ser una construcción que tengan un acercamiento a discursos de dificultades más actuales, siendo una solución más inmediata para los problemas de la ciudadanía? Es decir, que sus formas sensibilicen de problemas diarios graves, y sus materiales solucionen futuros alternativos: monumentos revestidos de paneles solares, o que ofrezcan agua potable.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 19:38:13
Muchas gracias por tu comentario, Ana. Es una buena aportación, no suele contemplarse otra función para los monumentos que la memorial o conmemorativa. Hay algunas incursiones de artistas que inciden más en objetos contextuales, que son activados por la misma ciudadanía que, finalmente, acaba por configurar su propio espacio público. No sería nada desdeñable y el trabajo conceptual podría llegar a ser muy relevante. Muchas gracias.
Agustín Martínez Peláez
Comentó el 11/05/2023 a las 23:01:09
Hola, Carles: Gracias por tu reflexión e investigación. Presentas un debate muy actual que espero no sea algo efimero porque realmente encuentro muy interesante que surjan estas manifestaciones sociales para que los expertos y profesionales de la historia del arte para el siglo XXI (finales) seleccionen finalmente que pasa a la Historia. La alusión que ha hecho otra compañera sobre el artista Gerz lo encuentro muy pertinente pues nos invita a cuestionar y reevaluar el significado y la función de la memoria colectiva en la Historia y en la Historia del Arte. Saludos
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 17:53:00
Estimado Agustín, así es. En todo caso, los antimonumentos no parecen tener ánimos de permanencia, en su elaboración más bien prometen ser efímeros –como la problemática que presentan—. Seguiré de cerca su evolución para seguir dialogando. Muchas gracias.
Toni Simó Mulet
Comentó el 11/05/2023 a las 18:30:43
Y abundando un poco más en el tema. El monumento tradicional no tiene aparentemente un significado crítico, está más relacionada con la memoria, quizás se debería buscar otro término para la idea crítica del espacio público que no sea conmemorar. ¿Cómo se puede recoger la memoria colectiva en un espacio público sin dejar de lado otras visiones perceptivas, políticas o de identidad? ¿Ocupar un espacio público no es ya una manifestación política sesgada, partidista? Muchas Gracias.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 17:53:41
Estimado Toni, te agradezco la reflexión. Estoy de acuerdo en que el antimonumento presenta una serie de posibilidades que circulan más allá de la conmemoración. Con todo, plantearía que esa conmemoración fuera crítica, por ejemplo: la mayoría de los monumentos a figuras coloniales ubicadas a lo largo del continente americano han sido erigidas en el último cuarto del siglo XX y, generalmente, por una comunidad en posición de poder. Es decir, aún pudiendo establecer un alejamiento crítico por la distancia temporal, no se suele dar espacio a la reflexión de qué debería ser o no conmemorable para cierta comunidad –aún y con sus dificultades—. El planteamiento no es tanto para concretar una solución de qué visiones serían las aceptadas (y menos aún “correctas”), sino más bien, abrir el diálogo a pensar la monumentalización de nuestros territorios de otra manera.
Respecto al sesgo de espacialización de lo público, la cuestión sería preguntarse por el origen de esa ocupación. Creo que toda ocupación del espacio público es una imposición al resto de la ciudadanía (venga de donde venga), sin embargo, cuando extendemos la pregunta hacia los intereses que emanan del origen de dicha ocupación o las razones que pueden dar lugar a su existencia, cabría diferenciar entre aquellas provenientes de los canales oficiales o que suponen una homogeneización del discurso dominante y aquellas que pueden provenir de otras realidades que son acalladas por aquél. Es decir, creo que la ocupación del espacio se da, pero los matices permites espacios de discusión diferenciados. Muchas gracias.
Jesús Segura Cabañero
Comentó el 11/05/2023 a las 18:07:53
Muy interesante el punto de vista sobre la idea del espacio público y el monumento. También en el contexto mexicano, encontramos Las obras performáticas de Francis Alÿs en México que buscan generar una reflexión crítica sobre la vida urbana, la historia y la cultura, y promueven la participación ciudadana como una forma de activar el espacio público, pero lo hace de forma poética no directamente política. ¿Qué piensas sobre esta cuestión de lo político y lo poético en la creación artística?
Muchas gracias.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 17:54:19
Muchas gracias Jesús, de hecho, hace apenas un rato le comentaba a unos compañeros en una ponencia que la figura de Alÿs creo que hace una crítica fundamental a diferentes problemáticas de las ciudades hiperproductivas. Supongo que harás referencia a estas poéticas negativas expuestas en su acción titulada “Sometimes making something leads to nothing”. Una acción registrada en el vídeo “Paradoja de la praxis I” (1997) en la que el artista traslada un gran bloque de hielo por diferentes calles de la Ciudad de México por más de 9 horas hasta que dicho bloque se derrite totalmente. El análisis a la fenomenología del trabajo sólo es superado por las contradicciones que expone en el sistema de producción contemporáneo y las precariedades en las condiciones laborales, con lo que la elabora una serie de reflejos y simetrías que exponen, por un lado, las diferentes realidades de lo cotidiano (a partir de sus “acciones inútiles”), y por otro, muestran las posibilidades poéticas de lo lúdico y accesorio. Recomiendo su última exposición en el MUAC donde expone una serie de vídeos documentales de juegos de niños en las calles y patios de todo el mundo (https://muac.unam.mx/exposicion/francis-alys). En este sentido y en estas acciones, creo que lo poético es político, donde el espacio público queda como material conceptual en el que la pieza discurre. Muchas gracias.
Mónica González Méndez
Comentó el 11/05/2023 a las 16:29:36
Me encanta tu tema. Me gustaría saber cómo se insertan estos anti monumentos en el sistema arte. ¿Existe una apropiación institucional (museos, centros de arte, galerías) de estos anti monumentos ?
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 17:54:44
Estimada Mónica, muchas gracias por tu consideración. Estos antimonumentos creo que estarían más cercanos a ciertas poéticas de la afectividad, que consiguen, con su presencia, acordonar situaciones dolosas que de otra forma –sin haberse configurado como objeto público— serían inasibles. Aquellos que he podido visitar y “experienciar” no me ha parecido que tienen interés alguno en configurarse como piezas artísticas, más allá de servir estéticamente a la sensibilización sobre situaciones, generalmente, invisibilizadas. Lo que sí he podido observar es la apropiación mediática de estos objetos por las políticas locales, utilizándolos en parte visual o discursiva de sus lógicas institucionales, intentando absorber para sí un volumen de votantes específico. Saludos.
Toni Simó Mulet
Comentó el 11/05/2023 a las 16:27:28
Hola Carles, en primer lugar, enhorabuena por la investigación desarrollada sobre la idea de antimonumento. Más que una pregunta directa, me gustaría aportar aquí, una reflexión sobre la idea de antimonumento, comentando brevemente la aportación del artista alemán Jochen Gerz sobre el concepto de "antimonumento" que desafía y subvierte nuestra percepción tradicional de los monumentos. Mediante la participación activa del público y la promoción de la reflexión crítica, Gerz nos invita a cuestionar y reevaluar el significado y la función de la memoria colectiva. Es un artista a tener en cuenta cuando se aborda el tema de la memoria y el monumento.
Muchas Gracias. Un saludo
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 17:55:10
Hola Toni, muchas gracias de nuevo. Ciertamente, Gerz es un indiscutible miembro del conceptualismo dentro del desarrollo del cuestionamiento a la monumentalización, incluso, como Robert Smithson en los monumentos de Passaic, reelabora las condiciones del sistema artístico introduciendo acciones públicas en suspensión de sentido que permiten desarticular ciertas convenciones urbanas. Estos antimonumentos en el espacio público, además tienen un matiz bien interesante, y es que son generalmente anónimos y colectivos, realizados por la comunidad afectada, trabajando como un solo engranaje que confecciona contradiscursos que enfrenten la historia oficial. Sirven de levantamiento de un clamor colectivo de aquellos que, generalmente, no tienen voz o, sirven a dar espacio a aquellos que ya no están. Saludos.
Celia Vara Martín
Comentó el 11/05/2023 a las 16:25:49
Estimado Carles Méndez Llopis,
¡Enhorabuena por tu presentación!
Tu investigación da luz a la presencia del artivismo en la escena pública. Incluyes en tu trabajo algunos antimonumentos que hacen una reflexión feminista, como el monumento con la mujer andina, o la intervención "antimonumenta" casi al final de tu presentación.
Me gustaria saber de qué forma incluyes la perspectiva de género en tu investigación y cuales son tus fuentes teóricas.
Con referencia a tu trabajo específico, quizá este artículo sea de tu interés:
https://awarewomenartists.com/en/magazine/interventions-monumentales-feminisme-art-et-resistance-publique-au-mexique/?fbclid=IwAR2sV5JDcqc75EitrxdajTe5rJr1BkzTT0_KhYM7iY04HW4lGyrt5r8aMrY
Dado tu enfoque en México y tu interés en antimonumentos y/o instalaciones efímeras me gustaría sugerirte el trabajo de Mónica Mayer y lo que podríamos considerar un trabajo pionero de intervención feminista en México con "El tendedero" activado en muchas ocasiones:
https://es.wikipedia.org/wiki/El_tendedero
https://pregunte.pintomiraya.com/index.php/la-obra-viva/el-tendedero
https://muac.unam.mx/objeto/el-tendedero
https://nmwa.org/exhibitions/el-tendedero/
¡Enhorabuena de nuevo por tu trabajo!
Un saludo,
Celia Vara
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 17:55:54
Estimada Celia, qué interesante reflexión. Efectivamente, considero muy relevante –y también fundamental—el desarrollo feminista en este sentido. En la breve presentación, se dejan muchos antimonumentos, así como artivismos diversos en la ciudad, que dan cuenta de la necesidad de replantear la reproducción capitalista y patriarcal del mundo sensible. Muchos antimonumentos dan lugar a desapariciones forzadas desatendidas, lógicas de estrangulamiento contra minorías ejercidas, feminicidios sin resolver, incluso a, la desvalorización de lógicas donde interviene el cuidado, etc. En América Latina he podido observar no sólo el ejercicio de poder y violencia sistémica contra las mujeres –discursiva, física, simbólica, etc.— sino el acallamiento de voces que proponen alternativas al eurocentrismo, la blanquitud, la feminidad institucinalizada, por poner algunas. Por esta razón, creo que es indispensable el cuestionamiento del “yo” que, derivado del feminismo, ha provocado una crisis del sujeto en el sistema. Estoy muy lejos de aplicar metodologías feministas en mis investigaciones por mi falta de conocimiento, pero soy asiduo lector del black feminism de Angela Davis, Gina Dent u Oyèrónkẹ Oyěwùmí, y me interesa la mirada decolonial para la creación de nuevas culturas de la memoria desde el paradigma latinoamericano de Rita Segato, Marcela Lagarde, María Lugones o Andrea Camarelli (además de Butler). Por cierto, que Mónica Mayer sigue bastante activa, hace relativamente poco publicó “Intimidades o no”, y aunque suele empezar sus mensajes públicos como “Soy tan vieja que…” es, a día de hoy, un referente en la plástica feminista. Muchas gracias. Saludos.
Sara Nuñez de Prado Clavell
Comentó el 11/05/2023 a las 14:39:58
Es muy interesante tu trabajo, pero más allá de el a mi me preocupa el hecho de que ese enfoque antimomnumento nos lleve a normalizar la destrucción del arte en ciertos casos y en otros quizas no tanto arte como tal, pero si monumentos históricos que recuerdan épocas (buenas o malas si se quiere decir así) que nos gusten o no son historia. Me gustaria conocer tu opinion al respecto. Gracias
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 18:31:15
Muchas gracias Sara! Sí, es una gran pregunta ¿qué va a pasar con los monumentos? En realidad, el antimonumento no es un enfoque (como podría serlo el iconoclasta) sino un objeto que se posiciona contrario (o de posiciones otras) a lo que normalizamos como monumento. El antimonumento visibiliza la politización del espacio público, pero esta vez fuera de los canales oficiales.
La diatriba que planteas no es fácil, y creo que no posee un solo escenario. Por un lado, efectivamente, existen unos monumentos que resultan más incómodos que otros–por lo que representan, por lo que cuentan, por lo que ocultan, etc. –, a cierta parte de la población (casi siempre minorías) por lo que, estos monumentos, siguen infiriendo en su presenticidad. Por otro lado, la historia que presentan los monumentos suele coincidir con convenciones históricas –están mal o bien acordadas— que no respetan otras posibilidades históricas. Esto en Europa lo conocemos bien, donde parece que la narrativa histórica correcta sigue el hilo de Egipto, Grecia, Roma, etc….dejando fuera otros pasados posibles de la población. Este recorrido, suele ser el del capital, donde hay principio y destino prefijado en una lógica en la que no caben todos. De este modo, vemos columnas del Templo de Artemisa en el Museo Metropolitan de Nueva York o la figura ecuestre de un colonizador español coronando una pirámide prehispánica. Generalmente, se normalizan pasados que son buenos frente a otras –como diría Ariella Azoulay— historias potenciales. En todo caso, aunque esta ponencia no he abordado los monumenticidios, es natural preguntarse ¿cómo se pueden comprender estas agresiones a los monumentos incómodos? Creo que precisamente, porque se ubica el monumento como fenómeno conflictivo, así que, atacar sus formas y metaforizarlo como forma histórica es también atacar su discurso (ese con el que no se está de acuerdo). Así que la pregunta que me hago siempre que observo una agresión a cierto monumento suelo preguntarme ¿qué es lo que simbolizaba esa estatua? Y ¿qué implica que esta figura se conmemore según en qué espacios?
Creo que siempre vamos a encontrar quien desea la caída de ciertos monumentos y quien, al contrario, desea la conmemoración escultórica por su papel central en la memoria de una región. Y eso es muestra de que el pasado está constantemente rescribiéndose también. Muchas gracias.
Carlos Roldan
Comentó el 11/05/2023 a las 08:53:59
Buenos días.
Me ha encantado la exposición. Felicidades. Quería preguntarte por la emergencia de nuevos modos de hacer en las prácticas de resistencia al biopoder, en Europa muchas quedan desarticuladas cuando el poder asume e integra la reivindicación como propia, pasando el Estado a gestionar, precisamente a través de los monumentos oficiales, lo que nace siendo una vía distinta y autogestionada de expresión artística relacionada con el quehacer político de la multitud.
Muchas gracias.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 18:37:29
Hola Carlos, muchas gracias. Has dado en el punto. Estas manifestaciones requieren de una gran organización de los cuerpos, fuera de las vías oficiales, por un pasado común que los unifica como comunidad. Y en la práctica ciudadana crecen como objetos en la ciudad. Un ejemplo muy patente es el Antimonumenta, donde mujeres estuvieron preparando meses la acción, aprendiendo albañilería, soldadura, ingeniería, etc., para poder llevarla a cabo. Otras, se coordinaron en el mismo performance del momento, cercando y protegiendo a las que plantaban el objeto, cantando a una voz, dirigiendo a las manifestantes. Creo que estas acciones reaccionan frente a un sistema que no les responde, y lo desarticulan –más o menos inofensivamente— con sus propias reglas. Muchas gracias.
Monica Florensa Tomasi
Comentó el 10/05/2023 a las 22:58:19
Felicidades por proponer un tema que en muchos casos asimilamos como algo natural, por la cantidad de ellos en nuestro día a día, pero no por ello no dejan de ser provocativos y contrarios a una ética que debería resignificarse. Es muy interesante las dos lecturas, las del poder y el momento histórico que conmemoran y por otro lado la actualidad tan llena de actos injustos que merecen ser homenajeados. Por un lado la cultura de lo "bello" y políticamente correcto, y de otra parte la ofensa que estas propuestas suscitan. En ciudades más sensibles con ciertas situaciones sería interesante valorar la posibilidad de que la ciudadanía participe de forma
Monica Florensa Tomasi
Comentó el 10/05/2023 a las 23:00:32
Perdona, se cortó el mensaje. Mi pregunta es si ¿conoces algún caso donde la ciudad proponga sus propios antimonumentos como algo que merece participar de la vida de sus ciudadanos? Muchas gracias.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 18:45:54
Muchas gracias Mónica, qué interesante reflexión. La verdad es que no he visto ni sé de antimonumentos “por encargo” (por decirlo así). Es decir, si existen muchos memoriales en homenaje a caídos en conflictos bélicos o a víctimas de diversas causas que, años después de lo ocurrido, se levantan como bálsamos oficiales o ciudades que actualmente ya cuentan con plataformas para que la ciudadanía vote acerca de proyectos urbanísticos que afectan sus barrios (en Europa). Los antimonumentos que he estudiado se levantan cuando el problema sigue latente y aún no encuentra solución, es la marca de una herida que no se cierra todavía y permanece en el silencio institucional. Si existen ese tipo de propuestas municipales las desconozco Mónica. Muchas gracias, intentaré rebuscar. Saludos.
Alberto Rodríguez Molina
Comentó el 10/05/2023 a las 19:26:29
Estimado Carles,
En primer lugar, enhorabuena por su ponencia en este Congreso. Es un tema tan polémico como interesante y quería preguntarle ¿sería viable una transformación o una resignificación de tales monumentos, ya que tienen una historia que no se debe olvidar, o por el contrario, es conveniente eliminar cualquier vestigio de injusticia política que se cometió en algún momento de esa historia? Muchas gracias.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 18:54:54
Le agradezco el mensaje Alberto. ¡Una pregunta muy interesante (a la par que polémica)! Los antimonumentos en sí tienen un carácter efímero porque no están activados por los canales institucionales (que tienden a la perdurabilidad de la conmemoración), sino por una fuerza empujada por situaciones dolosas o de evidente injusticia social. Claro, la cuestión sería preguntarse ¿en qué momento se da por concluido un conflicto de esta índole? ¿cuándo es el dolor atenuado a las víctimas? Tanto el surgimiento de ciertas agresiones a monumentos como el levantamiento de antimonumentos, más que ofrecer soluciones tácitas a las problemáticas, visibilizan historias tamizadas desde el discurso predominante y son síntomas de que la ciudadanía como constructo histórico y social no goza de tan buena salud. Como comentaba anteriormente, afectar al monumento es alterar también su discurso. Muchas gracias.
Lara Sánchez Coterón
Comentó el 10/05/2023 a las 16:13:56
Felicidades por el trabajo, realmente interesante. Entre los casos de estudio de la comunicación presentas una intervención política y lúdica sobre una infraestructura institucional, el muro fronterizo de 900 kms que separa México y EEUU, que funciona como crítica, denuncia y focalización sobre esta barrera artificial concebida y construida por la administración estadounidense en los años 90. La arquitectura hostil y los diseños intencionadamente desagradables, como los bancos anti-indigentes, son recursos institucionales que convierten el espacio público en espacios "anti-determinados-seres-vivos" ¿Dentro de las resignificaciones del espacio público de tu investigación manejas más casos de intervenciones artísticas y/o lúdicas sobre propuestas hegemónicas que traten de responder a este tipo de violencias institucionales? Muchas gracias.
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 19:24:52
Muchas gracias Lara por tu comentario. Creo que hay bastantes ejemplos, sobre todo desde el arte contemporáneo que arremeten contra diversos sistemas que ejercen como símbolo del biopoder en algún sentido. Artistas que suelen trabajar desde el disenso con obras transversales que interrumpen al curso habitual de las cosas o pretenden una redistribución del espacio social, público o simbólico. Algunas conocidas son las del ya nombrado anteriormente Francis Alÿs, o el pabellón de Santiago Sierra en la Bienal de Venecia de 2004, las manifestaciones de violencia sistémica a través de las obras de Teresa Margolles, la desestabilización del monumento en sí a partir de algo tan normalizado como las celebraciones deportivas (en España lo vemos con la paradigmática figura de La Cibeles y fue registrado por Carmen Ortiz) o la crítica a la arquitectura de los pasos fronterizos de Marcos Ramirez, que colocó un caballo de Troya bicéfalo entre el paso de Tijuana y San Diego (mirando a ambas ciudades), erigiendo un espía que todo el mundo ubica (ambos países conocen las intenciones del otro), etc. Son interesantísimas las estrategias artísticas en ese sentido. Muchas gracias.
Cristina Pratas Cruzeiro
Comentó el 10/05/2023 a las 13:27:11
Gracias por tu ponencia. Me imagino que los antimonumentos que mencionas tuvieran diferentes reacciones e impacto junto de la población. ¿ Consideras fundamental ese impacto para el cumplimiento de sus objetivos de fomento de la discussión en el espacio publico?
Gracias
Carles Méndez Llopis
Comentó el 12/05/2023 a las 19:30:45
Gracias Cristina. Efectivamente, así como cualquier manifestación, protesta o concentración, el antimonumento existe para generar una discusión pública de una problemática desatendida por la institución –en diversos grados y dimensiones—. El impacto en la población siempre es diverso y, la mayoría de las veces, impredecible, pero creo que la acción se realiza para cristalizar en el espacio público el recuerdo de algo perdido, es una lucha contra el silenciamiento y el olvido. En este sentido, creo que el antimonumento cumple sus objetivos. Saludos.
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